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Nutrición

Piel de melón, hueso de aceituna… cómo convertir desperdicios en manjares

¿Alguien se paró alguna vez a pensar qué se podría hacer con la piel del plátano, las pepitas de la sandía, los huesos de las aceitunas…? La respuesta siempre es la misa: se tiran y ya está. No hay más que hablar. ¿O no?
autor Fely Roc
tiempo de lectura 5 min
Actualizado: 13 nov 2022Publicado: 8 jul 2022

Estamos hablando de aprovechar desperdicios o restos de comida que en nuestra cabeza no tiene más destino posible que la bolsa reservada a basura orgánica.

Y con eso ya pensamos que hacemos más que suficiente. Porque somos ecológicos poniendo los residuos en su sitio, y aspiramos a que alguien les de un buen uso y les saque un mejor partido que meterlos en la incineradora.

Tiramos más de medio kilo/litro de comida a la semana

La realidad es que múltiples informes nos sacan los colores cuando explican la cantidad de comida que tiramos cada año a la basura.

Concretamente en España, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Agricultura, en 2020 se desperdiciaron 1.364 millones de kilos.

Una tendencia que además se ve incrementada en los meses de verano y que supone una media de 31 kilos/litros por persona.

O lo que es lo mismo: tiramos más de medio kilo/litro de comida a la semana.

Y no somos una excepción. En nuestro país vecino, por ejemplo, los datos aseguran que cada francés tira a la basura más de 20 kilos de comida al año… y la cifra sigue creciendo.

¿Cómo podemos evitar tanto desperdicio?

La mejor manera de evitar tanto dispendio sería tener cuidado con la cantidad de comida que hacemos, la cantidad que servimos en cada plato…

Como demuestran los datos, que aseguran que el 14,4% del total de alimentos tirados a la basura se corresponde con recetas cocinadas en el propio hogar y descartadas directamente del plato o de la nevera.

Sin olvidar que el 85,6% del total de comida desechada por lo españoles son sobre todo frutas, verduras, hortalizas, y pan, además de alimentos sin procesar que tiramos a la basura tal cual los compramos.

¿Cómo aprovechar lo que consideramos basura?

Todos estos datos han llevado a más de un experto “cocinero” a pensar en la manera de aprovechar incluso residuos de comida que se consideran imposibles de reutilizar.

Y a la hora de buscar formas imaginativas de aprovechar las cosas que para nosotros solo son desperdicios y no les vemos otra salida, una cocinera y bloguera francesa, Sonia Ezgulian, escribió un libro titulado Anti-gaspi que nos descubre posibilidades inimaginables.

Como dice la propia presentación del libro, “a través de cerca de 200 recetas, Sonia Ezgulian demuestra que es fácil hacer platos sencillos, deliciosos y originales a partir de las sobras, como por ejemplo:

  • Dauphinois de pan duro
  • Risotto con sobras de pasta
  • Pan de cáscara de plátano
  • Pesto de hojas de rábano
  • Ensalada de tomate convertida en salsa para raviolis
  • Cuscús reciclado hacia una sopa oriental con albóndigas de sémola
  • Arroz con leche que se convierte en croquetas de arroz con chocolate blanco y coco.

Y aquí van algunas ideas concretas y sencillas de realizar, sobre aprovechamiento de sobras.

Tapas de rábano

Las puntas de los rábanos son conocidas por su carga de nutrientes, minerales y oligoelementos que las convierten en un alimento muy sano.

Por eso Sonia dice que está prohibido tirarlas, sobre todo cuando es tan fácil reutilizarlas.

  • “Las lavamos cuidadosamente antes de reciclarlas en una sopa o en una salsa pesto acompañada de un poco de parmesano, o incluso en una pasta frita que podemos hacer mezclando ajo, aceite de oliva, rábanos crudos y rabanitos cocidos”.
  • “Con 30 segundos al fuego será suficiente para descubrir que las puntas de los rábanos son más finas que una hoja de espinacas”.

Piel de melón

Los nutricionistas dicen que la piel del melón es rica en betacaroteno y nutrientes, y que es una buena ayuda para la digestión.

Lo podemos convertir en encurtidos caseros de una manera muy sencilla.

  • “Cortamos la piel en tiras, la mezclamos con dos tercios de agua, un tercio de vinagre, sal gruesa y, al gusto, cilantro, estragón o pimienta”.
  • “Marinamos todo en un bote herméticamente cerrado durante un mes y ya lo podemos servir como aperitivo”.

Pepitas de sandía

Casi todos conocemos las virtudes y beneficios de las pepitas o pipas de calabaza, pero ignoramos las de las semillas de sandía. Y es una lástima porque son concentrados de nutrientes que además ayudan a la digestión.

Así que para aprovecharlas:

  • “Solo hay que lavarlas, secarlas y luego tostarlas. Ya verás que bien encajan con un desayuno”.

Huesos de aceituna

¿También podemos reutilizar los huesos de aceituna? Pues sí, Pero siempre y cuando sean aceitunas de primera calidad.

En concreto, Sonia recomienda las olivas Taggiasca, que se cultivan principalmente en la región de los Alpes Marítimos, cerca de la costa francesa de Niza y la Riviera di Ponente, en Italia.

  • – Según ella, los huesos de estas aceitunas de Liguria mantienen mucho sabor y son capaces de dar un toque armonioso a risottos y adobos con un menor coste.

No los comeremos, pero los habremos aprovechados para dar más y mejor sabor a la comida.

El tronco del brócoli

Las flores del brócoli son ricas en potasio y vitaminas B y C. Pero también tiene esas propiedades su tronco, y en la mayoría de los hogares se desecha y se manda a la basura.

  • Para aprovecharlo basta con cortarlo en rodajas, cocerlo al vapor y sazonar con aceite de oliva. ¡Verás que bueno está con un pollo asado, por ejemplo!

Pan duro

Es de lo que mejor sabemos “reciclar”, pero es impresionante la cantidad que se tira en los hogares españoles.

Para aprovecharlo, eso sí, nuestra cocinera recomienda comprarlo de excelente calidad para que siga aportando nutrientes, incluso aunque se haya quedado duro.

La manera más directa de darle una segunda vida es rallándolo, aunque en España también se puede convertir en torrijas, por ejemplo.

Que si bien son típicas de Semana Santa, están buenas en cualquier época del año.

Cáscaras del plátano

La piel del plátano es rica en vitaminas, pero hay que tener cuidado de elegirlos de buena calidad, mejor orgánicos, y lavarlos bien, ya que se encuentran entre las frutas más tratadas”

  • Una vez lavados, quitar los extremos y luego mezclar las pieles (crudas) con jugo de limón e integrar la preparación en una masa de brioche o una masa de panqueques… y al horno.

Vainas de guisantes

Concentradas en vitaminas y clorofila, las vainas de guisantes no tienen cabida en un basurero, porque según dice la prestigiosa cocinera francesa:

  • “Además de aportar un bonito color aterciopelado, dan un rico sabor”.
  • La técnica es mezclarlas, luego pasarlas por un colador y servirlas con una burrata, por ejemplo.

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