Tras lo atentados de Londres mucha gente se apunta a estudiar defensa personal
Tras el atentado en el Puente de Londres y vistos los nuevos métodos que utilizan ahora los terroristas árabes, en Inglaterra se ha despertado una increíble pasión por las clases de defensa personal. Y se están llenando los gimnasios en los que enseñan a defenderse, según publica The Times.
La población sabe que no tiene nada que hacer ante una bomba en un supermercado, un tiroteo en plena calle, un camión a toda velocidad por la acera… pero si de lo que se trata es de una persona armada con un cuchillo, por grande que sea, ya es otra historia.
Quizás por eso, por saber que alguien puede salvar la vida ante un cuchillo, es por lo que las academias de lucha han visto aumentadas las peticiones de matrícula hasta 10 veces más de lo que tenían habitualmente. La gente quiere aprender a protegerse y sabe que le puede ir la vida en ello.
No es un fenómeno nuevo. Las peticiones de matrícula ya se dispararon cuando el terrorista Khalid Masood ‘sacó su cuchillo’ en el ataque de Westminster del mes de marzo, asesinando a cinco personas y dejando unos 50 heridos. Pero tras los últimos sucesos de Londres han aumentado todavía más.
Ahora, las artes marciales y las técnicas de defensa personal se ponen de moda porque pueden ser realmente eficaces en los casos de ataques con cuchillo. Y cuanto más sepan las posibles víctimas, más posibilidades tienen de evitar una muerte violenta.
Porque muchos de los agresores tampoco son personas entrenadas en la lucha. Tienen la ventaja de su decisión para matar, pero las potenciales víctimas también tienen la ventaja de su decisión de no morir. Y los conocimientos para defenderse pueden ser decisivos.
De la misma manera que, aunque todavía no hay datos, es posible que se empiecen a disparar las ventas de objetos pensados para repeler agresiones, si bien en la mayoría de países su uso está reducido a agentes de la policía y sólo cuando están en el ejercicio de sus funciones.
Los sprays de pimienta o las pistolas eléctricas no son tan inofensivos como podría pensar mucha gente, y se han reportado casos hasta de muerte, por las descargas de las armas eléctricas.
En EE.UU. sí son legales, y las puede utilizar cualquier persona. Pero en España y en la mayoría de los países europeos, no lo son.