Guy Verhofstadt, ex Primer Ministro de Bélgica, sobre la situación en España
Guy Verhofstadt, un político europeo que fue Primer Ministro de Bélgica, ha querido dar un mensaje a los polítcos y a todos los catalanes sobre la situación en España en un vídeo que se ha vuelto viral.
Soy un gran admirador de la democracia española. Sobre todo desde aquel dramático día, el 23 de febrero de 1981. El día en el que el coronó Tejero llevó a cabo su intento fallido de golpe de Estado.
En su famoso libro “Anatomia de un instante”, Javier Cercas describe cómo, bajo la amenaza de la pistola de Tejero, tres líderes políticos españoles se mantuvieron firmes en sus asientos y se negaron a esconderse bajo los escaños: Santiago Carrillo, el líder histórico del partido comunista, Adolfo Suárez, el primer presidente de gobierno de la España democrática y el General Mellado, su vicepresidente primero.
Ni siquiera parpadearon con los disparos. Un acto de valentía y determinación que anclaría para siempre la democracia en las almas españolas. La democracia española nacía bajo la pistola del golpista Tejero.
Así que nadie puede dar ninguna lección de democracia a España.
Ahora, 36 años después, la democracia española tiene que superarse de nuevo. Para superar esta profunda división, para vencer esta crisis existencial.
Y eso lo tiene que hacer sin pensar que el sistema judicial puede resolver los problemas por sí solo. Y desde luego sin usar la despreciable violencia, incluso si se sustenta en una orden judicial.
En otras palabras, sin confiar solamente en el poder del Estado. No. Necesitamos una nueva visión política y un diálogo renovado.
Una visión basada en que el futuro y los intereses de toda la gente que vive en España radican en un estado multicultural, multilingüe, federal, enraizado en una Europa multicultural, multilingüe y federal.
Es cierto: no se puede ir en contra de la ley. También es cierto que no se puede gobernar sin la ley. Pero, es incluso más cierto, que una división tan profunda no se puede resolver solo con la ley. También hay que escuchar, intentar entenderse, dialogar, hablar.
Es la única manera de encontrar soluciones comunes. Es también la fortaleza de todos los buenos políticos, de los verdaderos hombres de Estado.
A mis amigos en Cataluña les quiero decir algo: a vuestro ciudadanos no les beneficia perseguir el separatismo a cualquier precio. Que el referéndum fuera anticonstitucional no es mi argumento. Mi argumento es que este referéndum carecía de legitimidad democrática.
Sabíais hace tiempo que la mayoría de los catalanes no participaría, que se quedaría en casa, de igual manera que la mayoría de los catalanes está en contra de separarse.
No fue una casualidad que no propusierais un umbral mínimo de participación. El resultado del referéndum ya se conocía antes de que se celebrara. ¿Cómo llamáis a esto? ¿Manipulación? ¿Decepción?
Además, utilizar el resultado de este defectuoso referéndum es verdaderamente irresponsable. No tanto con España o Europa, sino con la propia Cataluña en primer lugar.
Provocará una fractura total de la sociedad catalana, una fractura que puede ser muy difícil de curar.
¿Sabéis quienes van a beneficiarse con este juego? Los antieuropeos que, como ya sabemos, quieren destruir la Unión, y que ya ha comenzado a abusar de vuestra causa. Para animaros a violar tratados.
Así que insto urgente a ambas partes a detener la escalada de inmediato. Y a no continuar con lo que vimos ayer. Sentaos alrededor de una mesa.
El espíritu tiene que ser el conocimiento de que el futuro de nuestras más de 70 naciones en Europa, el futuro de Cataluña, el futuro de mi propia comunidad flamenca, no radica en una separación brutal, no de España, no de Bélgica, sino que radica en cooperación, cooperación dentro de los países federales en una Europa federal.
Si no queréis mirar fuera, mirad entonces a vuestros hermanos vascos. Mirad el increíble progreso que han hecho. Cómo han desarrollado su autonomía. Derrotando al terrorismo y reinventándose como una nación solida dentro de España, autónoma y orgullosa.
Finalmente, en política uno no debe avergonzarse de llegar a compromisos. Lo contrario también es cierto. Yo lo he hecho toda mi vida y sigo vivo.
Cuando tengáis que hacer una elección entre avanzar a través del compromiso o el estancamiento para mantener la pureza, escoged avanzar. Por muy pequeño que sea el avance.
En palabras de Barbara Tuchman y su famoso libro “La Marcha de la locura”: “no deshechar lo mayor por lo menor, y no perseguir lo impracticable sacrificando lo posible”.