Los ricos pronto serán capaces de comprar lluvias de estrellas falsas
Una compañía japonesa está desarrollando lluvias de meteoritos falsas y dice que sus shows serían más baratos que los fuegos artificiales masivos para ciudades, parques de atracciones y, por supuesto, los mega ricos.
Pero los astrónomos están preocupados por los desechos orbitales y el riesgo de que los guijarros utilizados para estimular los meteoritos pudiesen golpear a los satélites.
Si todo sale bien, el cielo nocturno se llenaría con los graciosos arcos de estrellas fugaces azules, verdes y naranjas.
Los fuegos artificiales llegarían por cortesía de un satélite situado a unas 220 millas de altura, propiedad de la primera firma de entretenimiento aeroespacial del mundo, Astro Live Experiences, o ALE.
Originalmente concebido como un acto de apertura para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el proyecto “Sky Canvas” se ha convertido en un glamoroso precursor de la nueva era emprendedora en el espacio.
Pero no todo son alegrías. Algunos expertos en satélites cuestionan la lógica del lanzamiento de un chorro de arena a la órbita, dado el riesgo de que sus proyectiles colisionen con cualquiera de los miles de satélites que firmas espaciales como SpaceX agregarán a la misma órbita.
El proyecto de ALE funciona con dos pequeños microsatélites de 68 kilogramos y 3 millones de dólares, que transportarán cada uno de 300 a 400 partículas de estrellas fugaces y tendrán suficiente combustible para durar unos 27 meses en órbita, antes de quemarse en la atmósfera.
En última instancia, la compañía espera tener tres conjuntos de constelaciones de seis satélites más grandes que le permitan entregar estrellas fugaces en cualquier parte de la Tierra a las 8 p.m., 8:30 p.m. y 9 p.m. por la noche, cualquier noche lo suficientemente oscura para que se vean los meteoros, pero no tan tarde como para que los niños se hayan quedado dormidos.
Al atravesar el cielo, los gránulos están hechos de un material de protección térmica similar al del fondo de las cápsulas espaciales, que carbonizan en lugar de quemar a altas temperaturas. Las estrellas fugaces reales son típicamente del tamaño de granos de arena pero el polvo del cometa viaja más rápido que los satélites que surcan la atmósfera.
Científicamente, los meteoros artificiales (las estrellas fugaces) se quemarán cuatro a cinco segundos antes de que caigan a una altitud de unos 60 kilómetros sobre la Tierra, lo que les permitirá atravesar una parte de la atmósfera que estaría fuera de peligro por ser demasiado alta para globos experimentales y demasiado baja para satélites.