Mandy Harvey, la cantante sorda que conquista américa y arrasa en youtube
Mandy Harvey es el último fenómeno viral de ‘America’s Got Talent’ un programa que a cada poco llena las redes con actuaciones increíbles que hacen disfrutar a cualquiera que las llegue a ver. Pero en este caso han vuelto a romper moldes. Porque la que canta es una chica de 29 años ¡sorda desde los 18! Y lo hace como los ángeles. ¡Increíble!
Mandy es una prueba más de lo que un ser humano es capaz de conseguir con espíritu de superación, esfuerzo y constancia. Porque Mandy, que sentía una gran pasión por la música, vio cómo la vida le daba un durísimo golpe y le arrebataba sus sueños, además de la capacidad de oír.
Pero ahora la vida le ha devuelto parte de lo que le quitó con un éxito espectacular en uno de los programas de televisión más famosos del mundo, y un vídeo en las redes sociales que ya han visto muchos millones de personas de las que muchas acaban con una sonrisa en sus labios y sus ojos húmedos por la emoción.
Su actuación en el programa está considerada ya como uno los momentos más emocionantes de la historia de America’s Got Talent. Y con una canción original escrita por ella misma y titulada “Try”, conquistó de veras a los jueces Simon Cowell, Heidi Klum, Howie Mandel, y Mel B. Por su canción y por una letra que habla de intentar hacer cosas con tu vida después de haber sentido la necesidad de renunciar. Que es algo así como la historia de su vida.
En la presentación ante los jueces de America’s Dot Talent, Mandy les explicó que “después de perder la audición, me di por vencida. Pero luego decidí que quería hacer algo más con mi vida que simplemente renunciar“. Y, contó, después de un período de parón en el mundo musical, aprendió a cantar de nuevo usando herramientas como ‘sintonizadores visuales’. Y añadió que no usa zapatos para sentir el ritmo de una canción a través de las vibraciones en el suelo.
Tan emocionante fue su actuación que Cowell se levantó y apretó el botón de oro que la catapulta a la siguiente fase diciendo “ha sido increíble. Hacía mucho tiempo que tenía ganas de apretar así este botón y es que has hecho una de las cosas más increíbles que he visto y oído en mi vida“.
Al día siguiente Cowell twitteó: “Si usted quiere ver una audición de inspiración, aquí está. Felicidades Mandy, muy orgulloso de ti “.
Antes de aparecer en America’s Got Talent, la cantante lanzó varios álbumes y ha actuado en sitios tan prestigiosos como The Kennedy Center. Ha asegurado en varios medios que canta para animar a otras personas y que eso le hace feliz. “Mi pasión, la razón por la que canto, es para poder decir, ‘Oye, esto es lo que he hecho; espero que pueda animarte a hacer lo mismo”.
Mandy Harvey nació el 2 de enero de 1988 en Cincinnati, Ohio, aunque pasó su infancia en Florida. Tiene tres hermanos más y sufrió importantes problemas de oído en sus primeros meses de vida, pero los superó y muy pronto mostró un talento precoz para el canto.
A los diez años (1998) se trasladó con su familia a Longmont, Colorado. Siempre cantó en coros, con los que llegó a viajar a Australia, y en 2006 fue elegida como la ‘Mejor Vocalista Femenina’ en la ceremonia de graduación de la Longmont High School.
Poco tiempo después fue aceptada en la universidad de Colorado, donde empezó a formar parte de un grupo de música junto con otros 14 estudiantes… hasta que llegó el drama.
Así contaba ella misma su historia, en una entrevista que concedió a Los Angeles Times en enero de 2015.
“Yo entiendo que mi historia da esperanza a muchas personas, pero para mí sigue siendo una herida que todavía estoy tratando de sanar. Y siempre intento no pensar en ello. Desde luego es una sensación muy extraña a cantar sin sonido, y lo que yo hago es olvidar que eso está ocurriendo y centrar mí cabeza en disfrutar de la canción”.
Ella sabía desde pequeña que sus oídos no estaban bien. Sabía que los médicos siempre les habían alertado de la posibilidad de que al llegar a la mediana edad se quedase sorda. Pero su pasión era la música y la vivió con toda la intensidad desde muy, muy pequeñita. Tanto que llegó a lavar los inodoros de la iglesia para sacar unos dólares que le permitiesen pagarse unas clases de canto.
Después, en el último año de secundaria se dislocó la rodilla. Y ahora los médicos creen que la medicación de ese momento podría haber tenido unos efectos pésimos. Porque en su primer semestre en la universidad, recuerda que trató de seguir las palabras del profesor de psicología desde la quinta fila, y “no podía oírle. Así que me adelanté a la primera fila… pero tampoco escuchaba lo que decía”.
Llamó a su madre en estado de pánico. Y el médico confirmó que su capacidad auditiva estaba disminuyendo a un ritmo muy rápido. Consiguió un audífono que paliase su pérdida, pero… solo una semana después de estrenarlo no oyó acercarse a un ciclista, que chocó contra ella y aplastó el dispositivo.
Y un poco más tarde, recuerda, estaba un día en una clase de teoría de la música dispuesta para hacer un dictado. Seguía esperando a que el profesor comenzase cuando horrorizada se dio cuenta de que ya había acabado. Y rompió a llorar desconsolada. Todavía se le llenan los ojos de lágrimas cuando lo recuerda, porque nunca volvió a escuchar una voz.
Se encerró en su dormitorio durante dos semanas. Su madre iba a cada poco a llamar a su puerta, pero ella sólo lloraba. No quería ver a nadie. Pero tras el primer golpe sus padres le obligaron a terminar el semestre antes de abandonar la escuela.
Mandy preguntaba a su padre: “¿Por qué Dios me da un regalo sólo para quitármelo?” Él no tenía ninguna respuesta, y la intentaba consolar asegurando que estaba convencido de que Dios tendría un camino diferente para ella que estaba por descubrir.
“Me dejo llorar durante un año”, recuerda Mandy en L.A.T. Y después la puso a aprender todo lo que debe aprender un sordo.
Más adelante, un día en 2008, su padre, que siempre había compartido su amor por la música, le pidió que aprendiera una canción y para cantarla mientras él tocaba la guitarra. “Pensé que estaba loco” y que ya no se daba cuenta de que yo nunca podría volver a cantar. Pero le hizo caso y, cuando terminó, vio que su padre estaba llorando. ¿Tan mal lo he hecho? Le preguntó. “No -le respondió-. Has estado en la nota justa
Así que su padre la grabó cantando y llevó a su hija a su antigua profesora de canto, Cynthia Vaughn, que la recibió con escepticismo. Y después reaccionó con incredulidad ante lo que estaba escuchando. Mandy afinaba mucho mejor que muchos estudiantes sin problemas auditivos.
Desde entonces su vida cambió radicalmente. Y hoy en día da conciertos y jamás dice a la audiencia que es sorda. Canta descalza para sentir las vibraciones de los instrumentos en el suelo, y si pierde el tono, lo que ocurre muy pocas veces, tiene un ‘lenguaje secreto’ con su pianista, que moverá su mano hacia arriba o hacia abajo para avisarla.
Pero casi nunca pierde el tono. Y si antes ya era una cantante de jazz y pop con bastante éxito, su paso por el programa de televisión será un gran trampolín, porque calidad y buen gusto tiene suficiente.
Está casada desde hace tres años y lamemta no haber escuchado nunca la voz de su marido, pero da charlas de motivación y además de cantar, que es lo que más le gusta, ayuda a mucha gente a superar los reveses de la vida.