¿Por qué no funciona El Protocolo de Kioto?
El Protocolo de Kioto consiste en un acuerdo llevado a cabo en 1997 por los países industrializados, para que reduzcan la emisión de seis gases contaminantes a los niveles de 1990. Los gases a reducir son: dióxido de carbono, gas metano, óxido nitroso, hidrofluorocarbonos, perfluorocarbonos y hexafluoruro de azufre, por ser estos la causa del calentamiento global.
Kioto es una de las ciudades más importantes de Japón. Fue la capital del país hasta 1868, cuenta con 1.4 millones de habitantes y su espacio es de 610 kilómetros cuadrados. A parte de ser la sede del acuerdo climático, también es conocida por albergar a la empresa Nintendo.
Luego de 13 años de haberse firmado el convenio, la Capa de Ozono se ha deteriorado más; la lluvia ácida se ha extendido por los países asiáticos, la marea crece a causa del derretido de los polos y la malaria alcanza a pueblos más elevados por los Andes, porque las temperaturas son cada vez más calientes.
En otras palabras, los efectos del calentamiento global, producidos por la emisión de dióxido de carbono y otros gases, son más agresivos.
La principal razón por la que el Protocolo de Kioto ha fallado en su cometido es la negativa de Estados Unidos a ratificarlo, pese a que fue una de las primeras naciones en rubricarlo.
En el transcurso de los años noventa, Estados Unidos afianzó aun más su lugar de primer país industrializado, a raíz del crecimiento generado por la economía de burbuja que giraba alrededor de las punto-com. Retroceder los niveles de emisión de gases a los de 1990 hubiese sido disminuir su producción de automóviles y otras industrias pesadas, que mantenían el pleno empleo en ese momento.
Estados Unidos emite el 25% de los gases contaminantes presentes en la atmósfera a nivel mundial, si no participa, poco se puede hacer por disminuir el efecto invernadero.
Países emergentes como China, Brasil, Rusia y La India también se niegan a acatar las bases del protocolo, bajo el argumento de que son las naciones que se desarrollaron primero las responsables del desequilibrio natural, de modo que deben enfrentarlo.
China y La India son las naciones que mayor crecimiento han mostrado en los últimos 15 años. El aumento del producto interno bruto (PIB) de ambas se sostiene sobre la base de recibir inversiones extranjeras. Estas naciones contaminaban muy poco en 1990, si estos gobiernos hubiesen acatado el Protocolo de Kioto, el boom del que tanto se habla de estos países no hubiera tenido lugar.
¿Cómo se le niega el desarrollo por la vía rápida de la industrialización a una nación subdesarrollada, bajo el pretexto de que no contamine más, cuando Estados Unidos y Europa Occidental han acabado con el medio ambiente desde hace 200 años? La respuesta a esa pregunta es otra causa del fracaso de Kioto.
Algunos activistas antiglobalización sostienen que el Protocolo de Kioto de un instrumento para evitar que naciones como Brasil, que se convierten en potencias, puedan equipararse a Estados como Alemania o Inglaterra.
Esto se explica por hecho de que al evitar que los países en vía de desarrollo contaminen más, les cierran el paso del crecimiento por medio de la industrialización.
No obstante, mientras se discute lo injusto e inoperante que puede ser el Protocolo de Kioto, los efectos del calentamiento global afectan a los países que han contaminado, como Francia, y a los que no han contaminado, como República Dominicana, lo que exige una solución pronta y responsable.