¿Por qué a partir de los 40 cada día que pasa es más difícil perder peso?
¿Le ha pasado ya aquello de “engordo sólo con oler la comida”? y “en cuanto dejo el régimen engordo. ¿Voy a tener que estar a dieta toda mi vida? Son expresiones de lo más frecuente… a partir de cierta edad.
Esos años en los que ya se pierden gramos más que kilos, y con demasiado esfuerzo. Son esas cosas que comienza a ocurrir cuando uno ha pasado de… ¡¡Los treinta!!
El gran culpable, según los expertos, es el metabolismo. Y más concretamente del gasto energético que hace nuestro cuerpo cada día. Porque desde niños, y cuando somos jóvenes, el cuerpo se muscula constantemente y son esos músculos los que nos hacen gastar energía y calorías.
Pero eso se acaba con el tiempo, y el final empieza… demasiado pronto.
El metabolismo se degrada a poquitos, pero sin descanso. Y lo más ‘duro’ es que los músculos comienzan a convertirse en grasa. Un ‘drama físico’ que empieza en la treintena, aunque los expertos dicen que es a partir de los 40 cuando de verdad el cuerpo empieza a ‘estropearse’.
Y es entonces cuando hay que proponerse frenar la pérdida de musculatura y su consiguiente aumento de grasa. Y la receta principal es hacer deporte, fundamentalmente.
En las mujeres ocurre más
Sobre todo en las mujeres. Para ellas, los cuarenta años son sinónimos de cambios hormonales. Y cuando llega la menopausia, todo se agrava. El estrógeno se segrega en exceso y su consecuencia directa es el aumento de peso y un mayor almacenamiento de grasa corporal.
Algo que no les ocurre en la misma medida a los hombres, que por norma tienen muchos menos problemas hormonales que las mujeres, y también menos dificultades a la hora de perder peso en la madurez.
Los varones suelen tener mayor masa muscular toda la vida, y cuando llegan a la cuarentena mantienen su metabolismo más alto y queman más energía.
Además, para ‘maldición’ de las mujeres, como el cuerpo de los hombres no está programado para acumular grasa de reserva, en previsión de un posible embarazo, los varones tienen mucho menos que perder.
Todavía más preocupante resulta la afirmación de los expertos, que aseguran que si estás acostumbrado a pasarte la vida ganando y perdiendo peso, engordando y adelgazando… es muy probable que tu metabolismo, con los años, se haya adaptado a vivir en ‘modo económico’, es decir, con las pocas calorías que tomas cuando estás a régimen.
Y eso supondría que todo lo que comas fuera de la dieta, aunque sea ‘lo normalito’, se destina directamente a engordar. Porque el instinto de supervivencia de tu cuerpo le lleva a guardar esas pocas calorías, y para almacenarlas las convierte en grasa.
Ni qué decir si en vez de comer normal, lo que haces es entrar en ‘momento engorde’ cuando ya te acercas a la cincuentena. Porque a esa edad, las células se llenan de grasa y cuando al alcanzan su tamaño máximo ¡crean otras! Y esas, aunque pierdas peso siguen ahí. Esperando a que comas para volverse a llenar.
Así que a prepararse para regímenes largos. Porque alcanzada la edad, lo que hace falta para adelgazar tiene mucho más que ver con cambiar el estilo de vida que con grades privaciones temporales.