El peligroso juego de viajar entre los vagones de Metro ha causado ya varios muertos y mutilados en las últimas décadas
Un joven marroquí, de trece años, ha perdido las dos piernas al ser arrollado por el Metro cuando cayó al suelo tras haberse subido con el tren en marcha.
Por prisas o por un juego macabro, aún se desconoce, decidió viajar en los acoples de los vagones, y no aguantó ni cincuenta metros.
Dos casos diferentes
El vídeo de las cámaras de seguridad ha confirmado que el chico marroquí que perdió las dos piernas llegó solo y con prisa a la estación de Villa de Vallecas, correspondiente a la Línea 1 del Metro de Madrid.
También se ve en los vídeos que, tras pasar los tornos, bajó corriendo por la escalera de la estación. Y cuando llegó al andén se encontró con que el tren ya estaba en marcha y decidió entonces acoplarse entre vagón y vagón.
No aguantó ni el recorrido que hay hasta la siguiente estación a bordo de los acoples. Antes de llegar a ‘Sierra de Guadalupe’, el chico ya estaba en el suelo, malherido.
La investigación está abierta pero el joven se cayó a las vías unos 30 metros después de subirse, puede que porque no se había sujetado con la fuerza suficiente, o bien porque el tren entró en una curva y eso provocó que perdiese el equilibrio y se fuese al suelo.
Lo siguiente fue cuestión de segundos. El propio tren al que se había subido, lo arrolló y lo dejó sin piernas. Menos mal que el joven, en medio del terrible susto y el dolor, tuvo capacidad suficiente para arrastrase por las vías y escapar de la posibilidad de que otro tren le atropellase.
Y así, a rastras, consiguió ponerse a salvo en un conducto de ventilación, y comenzar a gritar pidiendo ayuda. Y curiosamente, y gracias al sitio que eligió para refugiarse, sus gritos de socorro fueron escuchados en la calle, donde una mujer llamó corriendo al 112 para avisar de lo que estaba escuchando.
Tanto la reacción del Samur como la del personal y empleados del Metro fue inmediata: Cortaron la circulación y se dirigieron a toda velocidad hacia el túnel en el que se encontraba el herido.
Una rapidez que muy probablemente fuese decisiva para salvar la vida del joven de trece años. que enseguida fue trasladado al hospital de La Paz.
¿Un nuevo y macabro juego?
Es la pregunta que ahora se hacen muchas personas, y sobre todo los responsables del metro de Madrid. ¿Se trata del atractivo del riesgo? ¿Por qué se montó ese adolescente entre los vagones?
Es cierto que lo que se ve en el vídeo apunta más a que su acción fue provocada porque llevaba mucha prisa. Pero nadie descarta que se trate de un nuevo y peligroso juego en el que comienza a involucrarse varios adolescentes de esa misma zona.
Porque el vídeo que hoy todo el mundo puede ver en las redes sociales, muestra a dos chicos subidos a los acoples entre vagones, con el tren en marcha. Y es un vídeo grabado el mismo día del accidente, en la misma línea del Metro y a una hora parecida, alrededor de las ocho de la tarde.
La estación en la que se ha grabado esa locura cometida por dos adolescentes es la de Portazgo, que se encuentra a cuatro estaciones del lugar del siniestro.
En cualquier caso, todo parece indicar que algunos adolescentes han perdido el miedo a cometer una imprudencia que les puede costar la vida, y están convirtiendo en habitual para ellos algo que no puede ser una broma por las terribles consecuencias que podría acarrear.
De todas formas, Metro Madrid asegura que en ningún caso es un comportamiento generalizado, si bien ha encendido todas las alertas.
“Es incontrolable”
Lo que más preocupa a los rectores del Metro es que aseguran que estos comportamientos son absolutamente incontrolables y no hay forma humana de garantizar que alguien no haga una barbaridad.
Son 300 kilómetros de vías, 290 estaciones, y pasan por sus instalaciones 2,3 millones de viajeros cada día. Así que sólo poner un guardia de seguridad por cada persona podría garantizar que nadie se tire a las vías, o se suba en los acoples, o cualquier imprudencia terrible que quisiera cometer.
Es verdad que el Reglamento de viajeros ya prohíbe viajar entre vagón y vagón. Y que el sentido común no deja lugar a la duda. Pero si alguien lo quiere hacer, es casi imposible que se pueda evitar.
Así que el Metro se está planteando la puesta en marcha de una campaña de para concienciar a todos los usuarios e intentar que hagan un buen uso del mismo. No les quedan muchas más alternativas.
Y mientras, continúa abierta la investigación para saber si se trata del accidente de una persona que estaba jugando a lo prohibido y podríamos estar ante una nueva y peligrosa moda, o se trata de alguien que llevaba prisa y actuó de forma inconsciente.
Si estuviésemos hablando de un juego macabro, no sería una novedad, sino sólo un repunte. Porque viajar en la zona de acople entre vagones o ir saltando de un convoy a otro, es algo que ya ha provocado más de una veintena de accidentes con muertos, con mutilados y con heridos como resultado.
Las líneas con trenes más antiguos
Según fuentes policiales, las líneas en las que más se producen estas peligrosísimas prácticas son las que tienen los trenes más viejos, ya que, al parecer, sus puertas se pueden abrir fácilmente. Y también se da en los trenes de cercanías.
Así que bueno será hacer un rápido repaso sobre los precedentes anteriores a ver si alguno se lo piensa dos veces antes de enfrentarse, por un poco de adrenalina, a una vida sin movimiento.
La idea ni siquiera es moderna o revolucionaria. Ya en 1992 Miguel Antonio, un niño de 11 años, se saltó las clases para ensayar este juego. Pero algo salió mal, tuvo un accidente entre las estaciones de Cuatro Caminos y Quevedo, y perdió media pierna y el bazo.
En 1994, Domingo, de 25 años, murió tras ser aplastado por un tren cuando saltaba de un compartimiento a otro a la altura de la estación de Alvarado.
En julio de 1996 David, de 19 años, también fue víctima de este juego, y la máquina le seccionó el pie y le trituró la pierna izquierda.
En 2001 un chico de 25 años perdió la pierna derecha al ser arrollado en la estación de Iglesia por un vagón mientras saltaba de un compartimento a otro con unos amigos.
Y hay bastantes más casos. Unos con final de muerte y otros con una vida destrozada para siempre. Un juego demasiado caro.