¿Cómo perdimos la cola los seres humanos?
La pérdida de la cola es uno de los principales cambios evolutivos anatómicos que se han producido desde nuestros antepasados los simios hasta los seres humanos.
Un hecho que ha sido fundamental para permitir la evolución que dio lugar a que los seres humanos caminemos erguidos y sobre las dos piernas.
Pero la ciencia nunca ha encontrado una explicación,
Ahora, un nuevo estudio científico recién publicado sugiere que la causa está en una sola mutación genética, que ayuda a explicar por qué los monos tienen cola, mientras que los simios y las personas no.
500 millones de años con cola
Durante 500 millones de años aproximadamente, nuestros antepasados siempre tuvieron colas.
Mientras eran peces, usaban sus colas para nadar por los mares del Cámbrico.
Mucho más tarde, cuando se convirtieron en primates, sus colas les ayudaron a mantenerse equilibrados mientras corrían de rama en rama a través de las selvas del Eoceno.
Pero luego, hace aproximadamente 25 millones de años, las colas desaparecieron.
Charles Darwin fue el primero en reconocer este cambio en nuestra anatomía antigua. Pero cómo y por qué sucedió sigue siendo un misterio.
Ahora, un equipo de científicos de Nueva York dice que han identificado la mutación genética que puede ser la responsable de haber borrado nuestras colas.
Y aunque la investigación todavía está publicada en biorxiv y no ha sido revisada por pares, los científicos aseguran que cuando hicieron este ajuste genético en ratones, a los animales no les crecieron colas.
Ajuste genético en ratones
La desaparición de la cola fue un enorme cambio anatómico que tuvo un profundo impacto en nuestra evolución.
Los músculos de la cola de nuestros antepasados evolucionaron hasta convertirse en una malla similar a una “hamaca” a lo largo de la pelvis.
Y cuando los antepasados de los humanos se pusieron de pie y caminaron sobre dos piernas, hace unos millones de años, esa “hamaca” musculosa estaba lista para soportar el peso de los órganos verticales.
Claro que de momento aún sigue siendo imposible probar definitivamente que esta mutación cortó la cola de nuestros antepasados, pero según la investigación parece más que probable.
La afirmación de Darwin
Darwin sorprendió a su audiencia victoriana al afirmar que descendemos de primates con cola.
Señaló que, si bien los humanos y los simios carecen de una cola visible, comparten un pequeño conjunto de vértebras que se extienden más allá de la pelvis: una estructura conocida como cóccix.
Y aseguró que “no puedo dudar de que eso es una cola rudimentaria.”
¿Dónde está mi cola?
Los primates más antiguos conocidos, que se remontan a 66 millones de años, tenían colas en toda regla que probablemente usaban para mantener el equilibrio en los árboles.
Hoy en día, la mayoría de los primates vivos, como los lémures y casi todos los monos, todavía tienen cola.
Pero cuando los simios aparecieron en el registro fósil, hace unos 20 millones de años, no tenían cola en absoluto.
La investigación recién publicada busca responder a la pregunta ¿dónde está mi cola?
Y para ello, el autor principal del estudio, Bo Xia, se dedicó a observar cómo se forma la cola en otros animales.
Las mutaciones fueron responsables
Los investigadores han identificado más de 30 genes involucrados en el desarrollo de colas en varias especies, desde la cola larga de una iguana hasta la cuasi inexistente de un gato Manx, que son muy conocidos por no tener cola, aunque muchos de ellos tienen un pequeño muñón.
Los autores del estudio explican que nuestros antepasados perdieron la cola cuando las mutaciones alteraron uno o más de estos genes.
Para buscar esas mutaciones, comparó el ADN de seis especies de simios sin cola con nueve especies de monos con cola. Y descubrió una mutación compartida por simios y humanos, pero que faltaba en los monos, en un gen llamado TBXT.
TBXT fue uno de los primeros genes descubiertos por científicos hace casi un siglo.
En 1923 descubrieron una mutación en ratones que provocó que a algunos de sus descendientes les crecieran colas dobladas o acortadas.
Experimentos posteriores revelaron que la mutación estaba en el gen TBXT.
Pero en esta investigación han dado un paso más. La mutación, desconocida hasta ahora, consistía en 300 letras genéticas en medio del gen TBXT.
Humanos y simios, parecidos pero diferentes
Este tramo de ADN era prácticamente idéntico en humanos y simios, y se insertó precisamente en el mismo lugar de sus genomas.
Para probar si realmente esa mutación provocaba la desaparición de nuestra cola, los investigadores manipularon genéticamente ratones y muchos de ellos no desarrollaron cola.
Xia y sus colegas proponen que esta mutación golpeó aleatoriamente a un simio hace unos 20 millones de años, lo que hizo que le creciera solo un muñón de cola, o nada en absoluto.
Luego, el animal sin cola sobrevivió e incluso prosperó, transmitiendo la mutación a su descendencia.
Finalmente, la forma mutante de TBXT se convirtió en la norma en los simios y humanos vivos.
Pero hay una diferencia importante. Porque los humanos tenemos un cóccix prácticamente igual en todas las personas, mientras que los ratones de los experimentos produjeron una variedad de colas.
Así que debe haber alguna otra mutación posterior aún por descubrir.
Pero lo que está claro es que perder la cola fue una gran ventaja evolutiva.