Simone Biles abre su corazón y cuenta su sufrimiento en Tokio
La cuatro veces campeona olímpica Simone Biles dice que “debería haber renunciado mucho antes de Tokio” después de retirarse de cinco de sus seis finales en Japón.
En una entrevista publicada por la revista New York Magazine, la que probablemente sea la mejor gimnasta de la historia, Simone Biles, se sincera y pone al descubierto sus sentimientos.
La pequeña gimnasta que conquistó el mundo con su sonrisa, además de con su capacidad física, abre su corazón para contar como se sintió en Tokio y las razones que le llevaron a retirarse de 4 de las 5 finales en las que claramente optaba, otra vez, a la medalla de oro.
Y su primera frase es de los más significativa: “Nunca debí haber formado parte del equipo olímpico. Después de todo lo que he pasado durante los últimos siete años no debí acudir”.
Un calvario que salió a la luz en 2018
Todo empezó cuando era muy niña, y en 2018 Simone Biles decidió hablar y contar al mundo que el médico del equipo estadounidense de gimnasia, Larry Nassar, que ahora cumple cadena perpetua en la cárcel, había abusado de ella.
“Fue demasiado”. Asegura que probablemente aquel sufrimiento no la dejó en condiciones de competir al máximo nivel pero…
– “No iba a dejar que se llevara algo por lo que he trabajado desde que tenía seis años”.
– “No podía permitir que me quitara esa alegría. Así que busqué estar por encima de ello, y lo conseguí, pero solo el tiempo que mi mente y mi cuerpo me lo permitieron”.
Los primeros días en los Juegos
Simone decidió acudir a los Juegos de Tokio. Parecía estar en plena forma y todo el mundo daba por hecho que las medallas de oro de cada uno de los aparatos acabarían colgadas de su cuello.
Pero cuando parecía llegarla hora preparada para sus grandes éxitos, sorprendió al mundo con una decisión inesperada: se retiró de las cinco finales, y sólo decidió competir en la barra de equilibrio, donde ganó la medalla de bronce.
Su primera explicación fue muy escueta: tenía que concentrarse en su salud mental.
Más tarde explicó que en esos momentos estaba sufriendo ‘twisties’, un bloqueo mental en el que las gimnastas pierden la orientación en el aire y puede ser muy peligroso.
Una valiente que quiso ser “normal”
Simone Biles había estado viendo a un terapeuta durante todo el período previo a los Juegos, y ambos pensaron que estaba preparada para viajar a Japón y volver a dominar en la gimnasia.
Pero las restricciones del coronavirus no le permitieron estar acompañada de sus seguidores y sus familiares. Y eso pudo tener una enorme influencia.
– “La ansiedad se apoderó de mi cuando llegamos a Tokio”.
– “Una vez allí me sentía cada vez más nerviosa, y me empezaba a faltar la confianza en mí misma. Era como si no pudiese ni entrenar”
Y decidió ser una valiente.
Quiso ser ella misma antes que continuar en el papel de una atleta llena de fama y éxito. Prefirió ser sólo Simone, la joven de 24 años, antes que ejercer de la súper famosa Biles.
Su reacción hizo correr ríos de tinta y demasiada gente la juzgó. Pero al final, su manera de enfrentarse de verdad a un problema y buscar una solución al margen de lo que piense el público, le acabó dando el reconocimiento general.
“Entendí que no participar en un evento deportivo de esta magnitud, en las finales de los Juegos Olímpicos, no era una derrota moral”.
«Y ahora mi perspectiva no ha cambiado. Pasé de querer estar en un podio a preferir estar en mi casa sin ninguna medalla. Tampoco era tan revolucionario. Siempre he tenido altibajos. Así es como funciona esto», explicó.
Y explica en la entrevista su proceso mental:
– «Es como si a una persona le dijeran que hasta los 30 años tendrá la vista completa’. Y de pronto, una mañana se despierta sin ver nada.
– Pero la gente le sigue diciendo que continúe haciendo su trabajo diario como si siguiese teniendo esa capacidad. Estarías perdido, ¿no?
– Hace 18 años que hago gimnasia. Pero un día me desperté y me pregunté: ¿Cómo se supone que voy a seguir con mi vida?».
Actualmente se encuentra de gira por América con otros miembros del equipo de gimnasia de Estados Unidos y sigue en tratamiento para «mantenerse estable».
Ella, como cualquier aficionado, valora el paso importante que dio. Y descubre un problema añadido que le ha acompañado siempre:
– “Como mujer negra, simplemente tenemos que ser más grandes. Incluso cuando batimos récords y esas cosas, casi lo atenúan, como si fuera normal”.
Y lo que todavía no ha decidido es si volverá a competir.
– “Superar todo esto probablemente será algo en lo que trabajaré durante 20 años”, dice.
– “No importa cuánto tarde en olvidar. Es un trabajo en progreso”.