Así son las súper niñeras de los ricos: bien pagadas, políglotas y preparadas al estilo 007
Entre los pocos trabajos reservados para personas especiales, muy bien preparadas, con sueldos fantásticos y espectaculares retribuciones en especie, hay uno que muy probablemente le va a sorprender: Es el trabajo de niñera.
Niñeras muy especiales que trabajan para personas más especiales todavía. Son las nannys de los ricos y famosos. De los súper ricos, por mejor decir.
Profesionales que pueden cobrar 150.000 euros al año y vivir una vida sin gastos, llena de viajes en avión privado, estancias en palacios, vacaciones en paraísos, chef personal, coches de lujo… una vida a toda plan en la que no pocas veces acaban viviendo casi como sus “señoritos”.
Claro que si después de leer estas líneas ya estamos pensando en mandar corriendo el currículo a casa de algún príncipe o magnate, me temo que que no hay que correr tanto. Porque no es ni tan rápido ni tan sencillo.
Para entrar en el exclusivo mundo de esas niñeras es necesario hablar fluidamente varios idiomas, saber esquiar, nadar, cocinar, estar formadas en técnicas de autodefensa e incluso dominar fórmulas para esquivar a los paparazzi, incluida la conducción evasiva, entre otras muchas capacidades.
Pero si usted se pone manos a la obra y las consigue, a su alcance estará la salida más rentable del mundo de la puericultura. Y además podrá establecer contactos espectaculares y hasta vivir en un mundo de ricos desde una posición diferente.
Tiffany, la súper nanny de los ricos
Una de las grandes especialistas en este nuevo mundo, centrada en los bebés, se llama Tiffany Norris.
Es una joven que fue capaz de ver la necesidad y poner en marcha una agencia para reclutar a chicas con la formación suficiente y el carácter necesario para dar un servicio profesional de élite en el cuidado de los niños.
Y también, no pocas veces, en el de sus madres, que pese a tener una cuenta corriente llena de millones no es infrecuente que se sientan desvalidas.
Su empresa se llama “The Mummy Concierge”, nació en el año 2016, y así cuenta la propia Tiffany cómo se gestó la idea:
Estaba sentada en el ala Kensington de Chelsea y Westminster, y acababa de dar a luz a mi pequeño Rupert. Debería haber estado emocionada, disfrutando con los abrazos de mi recién nacido y llenándolo de besos.
Pero en lugar de disfrutar con mi hijo y vivir esos primeros momentos inolvidables para el resto de mi vida, me encontré con que estaba revisando mis listas de artículos para bebés y las clases prenatales a las que había asistido. ¡Y lo hacía angustiada! Descubría en directo que convertirse en madre por primera vez es un campo minado y ¡Dios mío! me entró el pánico. No me sentía completamente preparada.
Fue en esa situación cuando comencé a charlar con las otras mamás que estaban en la sala y comprobé que se sentían exactamente igual que yo.
En ese momento me di cuenta de que había que hacer algo. Y ‘The Mummy Concierge’ nació al día siguiente”.
‘The Mummy Concierge’
Se trata de una empresa especializada en proporcionar niñeras de altísima preparación para que la vida de las familias adineradas sea lo más tranquila y libre de estrés posible.
Desde aquel día de 2016 su empresa ha trabajado con famosos y millonarios de todo tipo. Celebritys, banqueros, abogados, empresarios, médicos…
Personas que necesitan asesoramiento para ayudarlos con todo lo que tenga que ver con sus pequeños. Y a veces este trabajo incluye hasta la selección de sus casas de vacaciones y acudir con tiempo para prepararlas para sus bebés.
Incluso, comenta Tiffany, “a veces quieren contratar hasta varias niñeras, porque les da tanto miedo que una sola no les parece suficiente2.
Un trabajo duro, lleno de recompensas
El trabajo es intenso y la capacidad de exigencia de sus clientes es altísima. Los horarios son muy largos y es difícil que su jornada sea inferior a 12 horas, seis días a la semana. Pero la contraprestación no es pequeña.
El salario de una de estas niñeras de lujo puede situarse por encima de los 150.000 euros al año. Y en dosis pequeñas, si la reclaman sólo para unos ratillos, entre los 150 y los 350 euros la hora.
Y eso, además de volar por todo el mundo, conocer sitios increíbles y recibir atenciones tan sorprendentes como exclusivas.
Por ejemplo, contaba Tiffany Norris a Femail, “una vez me obsequiaron un reloj Cartier como agradecimiento y me ofrecieron el uso exclusivo de una casa de vacaciones en Sudáfrica. También una vez me llevaron en avión a Ibiza para preparar una gran casa de vacaciones y dejarla lista a prueba de bebés. Me acompañaba mi propio chef y un mayordomo, mientras estuve allí. Y, aunque trabajé bastante, era como estar yo misma de vacaciones”.
Otra nanny, que se ha especializado en trabajos con familias reales cuenta que “viajo mucho y puedo experimentar y ver un lado de la vida que la mayoría de la gente nunca verá: vivir en palacios, viajar en aviones privados, dormir en los mejores hoteles del mundo, pasar unas vacaciones en súper yates… pero aunque parezca increíble, después del primer impacto y la emoción inicial, por muy increíble que parezca ahora sólo los veo como un lugar de trabajo habitual”.
Peticiones para todos los gustos
Ahora Tiffany, poco más de cuatro años después, ya ha trabajado con más de 5.000 madres que han buscado los servicios de su agencia. Y ha tenido peticiones de lo más sorprendentes, aunque a ella, a estas alturas, todo lo parece normal.
Por ejemplo, cuenta, “tuve una familia que quería que les encontrara un entrenador de orinal específico que cobraba casi 600 euros la hora por sus servicios. O un entrenador de esfínteres…”
Porque en un mundo que siempre quiere alcanzar la perfección de las cosas, todo les preocupa cuasi obsesivamente. Y están convencidas de que ese momento en el que el niño deja el pañal es el fin y el inicio de muchas cosas. Y consideran decisivo no forzarlo, ni apresurarse, ni retrasarlo… y si hay que pagar unas cantidades muy especiales, pues se pagan.
¿Dónde se puede ir a buscar una súper niñera?
Pero la mayoría de estas súper niñera, por no decir todas, tienen un título muy especial y han salido de unas aulas privilegiadas. Su distinguida universidad se encuentra en Bath, una pequeña e histórica ciudad situada al suroeste de Inglaterra, en el condado de Somerset, a 156 kilómetros de Londres. Allí se preparan las mejores. Pocas y estrictamente seleccionadas.
Se llama Norland College, sólo acepta un máximo de 80 estudiantes al año, y lleva más de un siglo formando personas capaces de hacerse cargo de los niños de las familias de la élite.
Profesionales, como dicen en el propio centro, cariñosas, amables, honestas, creativas, prácticas, responsables, organizadas y dispuestas a aprender y mejorar continuamente para hacer lo mejor por las familias y los niños pequeños con los que trabajan
Además, cuando están trabajando son fácilmente reconocibles por sus uniformes beige y sus sombreros de fieltro. Y están perfectamente formadas para realizar las tareas clásicas como cambiar pañales, bañar a los niños, coser, bordar, planchar, cocinar comida saludable, ayudarlos con los deberes escolares y hasta improvisar juegos.
Pero además de los conocimientos habituales, en los que rozan la perfección, las chicas de Norland son famosas por su absoluta discreción, el manejo de los códigos de silencio y la defensa de la privacidad de la familia.
Además, su preparación sale del mundo habitual de los niños y sus juegos para entrar en el de su defensa y protección.
Por eso, son diestras en taekwondo y artes marciales para hacer frente a cualquier situación peligrosa. Saben administrar primeros auxilios por lo que pueda hacer falta. Y son entrenadas en pistas de carreras para que puedan conducir a altas velocidades y sepan reaccionar en caso de secuestro o de tener que huir de los paparazzi.
Luego, una vez tituladas tras cuatro años, y de acuerdo con la web del Norland College, sus graduadas tendrán unos salarios por encima de los 80.000 euros anuales.
Claro que hoy en día, aunque hablemos en femenino porque todavía son una aplastante mayoría las chicas, lo cierto es que en sus aulas hay chicos dispuestosa y poreparados para hacer los mismos trabajos y con la misma calidad.