Trump puede dejar a EE.UU. a solas con Nicaragua y Siria, si abandona hoy el Acuerdo de París sobre el cambio climático
Si al final, como el mundo entero teme, Donald Trump decide hoy sacar a EE.UU. del histórico acuerdo de París sobre el cambio climático, estará poniendo a su país en una lista de aliados pequeña y en la que no están precisamente las primera potencias mundiales.
Estados Unidos pasará a ser ‘socio’ de Nicaragua, que en contra de lo que opina Trump, se negó a firmar porque le parece que el acuerdo no es suficientemente ambicioso y aseguraban que no querían ser cómplices de permitir un aumento de la temperatura terrestre de tres o cuatro grados. Porque, según lo que dijeron entonces, “es lo que ocurrirá con éste acuerdo… y eso nos conduce a la destrucción”.
Otro acompañante de Trump en este viaje sería Siria, y tampoco porque esté a favor del cambio climático, sino porque está en contra de la ONU. Siria lleva en guerra civil desde 2011 y ha sido acusado tantas veces por la ONU de violar los derechos humanos… que las relaciones con el gobierno de Bashar al-Assad están completamente rotas y nadie acudió a París.
Y eso que algunos países en medio de un conflicto armado, como Yemen, sí suscribieron el acuerdo, y también lo suscribió un país aislado por la comunidad internacional, como es el caso de Corea del Norte.
Claro que los problemas que para el mundo suponían los dos que se negaron eran bastante nimios. Frente a las emisiones de Estados Unidos, que supone el 13,19% de las emisiones globales, las de Nicaragua se reducen a un 0,03%, y las de Corea del Norte se limitan al 0,14%.
Y mientras crece el temor por la decisión de Trump, las grandes corporaciones americanas le piden a gritos que no se le ocurra sacar a su país del Acuerdo de París sobre el clima. Y ahí están empresas de todo tipo que además de su nivel de concienciación social, temen que la decisión ponga en riesgo la prosperidad del país.
Se han posicionado claramente grandes empresas de la energía, como las petroleras Exxon Mobil y Chevron, una empresa tan grande como General Electric, tecnológicas como Apple, Google, Microsoft, Intel… marcas de ropa o complementos deportivos como Nike, Gap, Levi´s o la mismísima Starbucks.
Pero de momento, y por más que aumenta la presión interna, Trump parece inamovible. Al fin y al cabo, él piensa que el cambio climático es una “farsa” y está convencido, porque hay informes que así lo manifiestan, que reducir las emisiones acabrá suponiendo la desaparición de seis millones de empleos.