¿Un nuevo pecado social? La batalla del entrenador expulsado por rezar en la yarda 50
No hay que ser muy mayores para recordar Irureta rezando el Padrenuestro con sus jugadores, o al Padre Fuello antes de los partidos del Sporting, o a la selección de Brasil arrodillada en pleno sobre el césped…
Pero todo eso se acabó.
Ahora rezar puede suponer un despido, una lluvia de acusaciones, una amarga polémica y hasta un juicio en la Corte Suprema de los Estados Unidos.
Es lo que acaba de ocurrir con el entrenador de fútbol americano de una escuela secundaria, Joseph Kennedy, que perdió su trabajo por rezar en la yarda 50 después de los partidos.
Ahora, años después, la sentencia del máximo tribunal se convierte en una lluvia de argumentos de algo que hace no mucho nadie habría cuestionado. Argumentos a favor, o en contra, porque 3 de los miembros del tribunal se han manifestado contrarios a la sentencia.
Y Joseph Kennedy, el entrenador, se limita a decir que: “Estoy feliz. Y lo único que quería es poder volver al capo con mis muchachos”.
La historia del caso, “Kennedy v. Bremerton School District”
El final de la historia en la corte suprema parece sencillo de explicar:
- La sentencia reconoce que Joseph Kennedy, un ex entrenador de fútbol de la escuela secundaria en Bremerton, Washington, tenía el derecho constitucional de rezar en el campo después de los partidos de su equipo.
Pero la historia ha levantado ríos de tinta, la prensa y la televisión americanas toman posiciones y los 3 miembros liberales de la Corte Suprema (6 contra 3) no parecen dispuestos a callar. Porque para ellos, las oraciones públicas ponen en peligro la libertad de los alumnos.
En cualquier caso, y para empezar por el final, el espíritu del fallo judicial fue recogido por el juez Neil M. Gorsuch, quien dijo que:
- “las oraciones del entrenador, Joseph Kennedy, están protegidas por la Primera Enmienda y el distrito escolar ha cometido un error al suspenderlo después de que se negó a poner fin a la práctica”.
Y añadía estas palabras:
- “El respeto por las expresiones religiosas es indispensable para la vida en una república libre y diversa, ya sea que esas expresiones tengan lugar en un santuario o en un campo, y ya sea que se manifiesten a través de la palabra hablada o con la cabeza inclinada”, escribió.
Pero nada relacionado con la religión es hoy en día tan sencillo, y la sentencia es calificada por no pocos medios americanos como el nuevo paso de una sospechosa deriva a favor de la religión.
- Reforzar los derechos religiosos, y en particular los de los cristianos, ha sido un proyecto característico de la corte dirigida por el presidente del Tribunal Supremo, John G. Roberts Jr.
Las palabras críticas
Entre los miembros del tribunal que votaron en contra, la jueza Sonia Sotomayor escribió que la mayoría de sus compañeros se equivocó al priorizar los derechos religiosos de un funcionario escolar sobre los de sus alumnos, quienes podrían sentirse presionados para participar en actividades religiosas.
- “La corte nos lleva un paso más allá en un camino peligroso a favor de la religión, con todos nuestros derechos en juego”.
También ha tenido una importante presencia en los medios americanos la abogada de la escuela, Rachel Laser, que en un comunicado se expresó ante la sentencia con esta dureza:
- “Hoy, la corte continuó su ataque a la separación entre la iglesia y el estado, describiendo falsamente la oración coercitiva como ‘personal’ e impidiendo que las escuelas públicas protejan la libertad religiosa de sus estudiantes”.
¿Cómo fue el “delito” que cometió Kennedy?
En la parte jurídica, el caso, Kennedy v. Bremerton School District , No. 21-418, se convirtió en un enfrentamiento entre los derechos de los trabajadores del gobierno a la libertad de expresión y el libre ejercicio de su fe, contra algunas décadas de precedentes de la Corte Suprema que prohibían presionar a los estudiantes para que participaran en actividades religiosas.
Pero en lo que respecta a los hechos:
- Kennedy fue entrenador asistente en una escuela secundaria pública de Bremerton, Washington, cerca de Seattle, 8 años.
- Durante ese tiempo tenía la costumbre de irse a la yarda 50 y rezar después de los partidos.
- Era habitual y como parece probado, los estudiantes a menudo se unieron a él.
- También dirigía y participaba en oraciones en el vestuario, pero esa práctica la abandonó hace tiempo y ni siquiera la defendió ante el Tribunal Supremo.
Pero cuando un entrenador rival alabó que permitieran a Kennedy rezar en el campo, la junta escolar reaccionó y le indicó a su entrenador que no lo volviera a hacer.
Una parte dice que obedeció y la otra asegura que hizo caso omiso, pero lo cierto es que a final de curso, un funcionario de la escuela recomendó que no se renovara el contrato del entrenador para la temporada siguiente (2016)
Argumentos a favor y en contra
El juez Gorsuch escribió que el Sr. Kennedy solo había buscado ofrecer una oración breve, silenciosa y solitaria.
La jueza Sotomayor respondió que la naturaleza pública de sus oraciones y su estatura como líder y modelo a seguir significaba que los estudiantes se sentían obligados a participar, independientemente de su religión y lo quisieran o no.
El juez Gorsuch escribió que el entrenador, al menos después de los juegos en cuestión en el caso, “ofreció sus oraciones en silencio mientras sus alumnos estaban ocupados”.
La jueza Sotomayor aseguró que “Kennedy constantemente invitaba a unirse a sus oraciones y durante años guio a los estudiantes-atletas en oración”.
Es más, en un movimiento bastante inusual en este tipo de procesos, incluyeron fotografías que mostraban a Kennedy arrodillado con jugadores y más personas.
El juez Gorsuch escribió que el entrenador “en esos momentos no estaba instruyendo a los jugadores, discutiendo estrategias ni comentado el partido. Sólo se tomaba un momento para orar mientras otros revisaban sus mensajes de texto o saludaban a sus amigos”.
Y añadió:
- “No todo lo que hacen los empleados escolares durante las horas de trabajo es una conducta oficial. Si lo fuera, dijo, una escuela podría despedir a una maestra musulmana por llevar un pañuelo en la cabeza o a una cristiana por bendecir la mesa en la cafetería del centro”.
Pero la jueza Sotomayor insiste en que Kennedy efectivamente coaccionó a los estudiantes para que oraran con él.
- “Los estudiantes admiran a sus maestros y entrenadores como modelos a seguir y buscan su aprobación. Y no solo eso, también dependen de esta aprobación para obtener beneficios tangibles, como más minutos de juego, y hasta una carta de recomendación para la universidad. Cosas que conforman grandes dividendos”.
El juez Gorsuch respondió que rechazaba “la opinión de que los únicos modelos gubernamentales aceptables para los estudiantes son aquellos que evitan cualquier expresión religiosa visible”.
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Durante los últimos 60 años, la Corte Suprema ha rechazado la oración en las escuelas públicas, al menos cuando es un requisito oficial o cuando forma parte de una ceremonia formal como la graduación de la escuela secundaria.
Recientemente, en el año 2000, el tribunal dictaminó que las oraciones organizadas en los partidos de fútbol de la escuela secundaria violaron la prohibición de la Primera Enmienda u eran algo así como establecer una religión por parte del gobierno.
- “La entrega de una oración previa al juego tiene el efecto inapropiado de obligar a los presentes a participar en un acto de culto religioso”.
Pero en el caso de Joseph Kennedy estamos hablando de una oración privada, aunque no se realice a escondidas e incluso otros muchos le acompañen:
- “Las oraciones por las que el Sr. Kennedy fue expulsado no se transmitieron públicamente ni se recitaron a una audiencia cautiva. Y tampoco se requería, ni se esperaba, que los estudiantes participaran”.
El juez Gorsuch dijo que el mensaje de la decisión a favor de Joseph Kennedy es sencillo.
- “La Constitución y lo mejor de nuestras tradiciones aconsejan el respeto mutuo y la tolerancia, no la censura y la represión, tanto para los puntos de vista religiosos como para los no religiosos”.