¿Cómo es posible que nadie quiera ir a trabajar a “El país más feliz de la tierra”?
En Finlandia tienen perfectamente detectado su principal problema pero no encuentran la solución.
Como dice una de sus ‘caza talentos’:
- “Actualmente es ampliamente reconocido que necesitamos un número muy importante de personas que nos permitan cubrir los costes de una generación envejecida. Pero no los encontramos, porque no quieren venir”.
Buscan sobre todo:
- Sanitarios españoles
- Metalúrgicos eslovacos
- Informáticos indios
- Expertos marítimos rusos o filipinos.
Pero la capacidad de atracción del país es muy pequeña, por mucho que Finlandia goce de una gran fama en el mundo entero y sobre el papel sea muy atractivo.
El país más feliz del mundo
Tanta es la fama que tiene Finlandia en el mundo, que el pasado año fue reconocida, por cuarta vez consecutiva, como el país más feliz del mundo.
Y pese a ello, su realidad empieza a ser preocupante.
Porque si bien es cierto que hoy es un país en el que se vive muy bien, lo cierto es que el concepto de felicidad de las personas debe distar bastante del de bonanza económica.
Sólo así se explica su escaso atractivo profesional, agravado por un idioma endiablado de aprender.
Además, sus datos no auguran un futuro tan bueno como el presente, ya que Finlandia tiene cuatro mayores de 65 años por cada diez personas en edad de trabajar.
Y las previsiones dicen que en 2030 esta proporción subirá a un jubilado por cada dos trabajadores, lo que la situaría solo por detrás de Japón, y se encontraría con un serio problema para mantener los datos que hacen del país una organización envidiable.
¿Cuántas personas necesita Finlandia?
El Gobierno calcula que necesita un saldo migratorio positivo de 20.000 a 30.000 personas cada año –el doble que ahora– para mantener sus servicios públicos y los cuidados geriátricos en su nivel de excelencia, así como para compensar el inminente déficit en el sistema de pensiones.
Después de años de inercia, las empresas y el Gobierno están en un punto de inflexión y reconocen el problema.
Por eso hace ya cuatro años se puso en marcha el programa gubernamental “Talent Boost” (Impulso al talento), con el objetivo de aumentar el atractivo laboral del país.
Finlandia sufre para captar talento extranjero
Sobre el papel, no parece fácil de entender que Finlandia, un país con excelentes servicios públicos y un bajísimo nivel de criminalidad y desigualdad, sufra exageradamente para captar talento extranjero.
Las razones parecen centrarse en la enorme dificultad que supone aprender su idioma, su dureza climática y también cierta cerrazón en su tejido empresarial.
Porque existen ejemplos de personas que llegaron al país por motivos familiares y, aun teniendo larga experiencia en el pujante sector del diseño de productos digitales, por ejemplo, no encontraron trabajo.
“Nunca ha habido falta de empleo en Finlandia, pero tienen un problema de mentalidad”, dice un británico de 42 años que mientras buscaba trabajo en Finlandia recibió ofertas de Noruega, Catar, Reino Unido o Alemania.
Finalmente optó por trabajar en la ciudad alemana de Düsseldorf, adonde va y viene cada semana desde Helsinki.
El grave problema del idioma finés
Un gran número de empresas y organizaciones finlandesas están muy apegadas al uso del finés, y de un finés muy fluido, lo que dificulta muchísimo la llegada de mano de obra extranjera.
Porque estamos hablado de uno de los idiomas más difíciles de aprender del mundo, y los buenos profesionales no parecen dispuestos a pasar por el calvario de hacerse con el finés.
Claro que como la falta de mano de obra se agudiza, ya se empiezan a ver en el país compañías que buscan otras soluciones, tal y como anuncian las empresas de head hunters (cazadores de talentos).
Y los ejemplos se van multiplicando. Como el caso de una fábrica tecnológica en expansión que no encontraba profesionales y acabó consiguiendo contratar a unas 2.000 personas en seis meses tras instaurar el inglés como lengua de trabajo.
A pesar de la pandemia, Finlandia mantiene el título
Según el informe de las Naciones Unidas, Finlandia sigue siendo el país más feliz del mundo. Lo fue incluso en el año de la pandemia.
Y los investigadores dijeron que esto “no era una sorpresa”.
Explicaron que Finlandia “siempre ha ocupado un lugar muy alto en las medidas de confianza mutua que han ayudado a proteger vidas y medios de subsistencia durante la pandemia”.
Además, Finlandia fue uno de los 23 países encuestados que tenía una mujer al frente del Gobierno.
Y en Naciones Unidas consideran que ellas “han tendido a favorecer la elaboración de políticas con el bienestar general como objetivo, y esto hace que la supresión de la transmisión comunitaria sea una opción aún más obvia para las mujeres”.
Los factores utilizados para la evaluación incluyen:
- El producto interior bruto (PIB) per cápita
- Los años de esperanza de vida saludable
- La libertad
- La percepción de la corrupción en el gobierno y las empresas.
Dinamarca, Suiza, Islandia, Países Bajos, Noruega, Suecia, Luxemburgo y Nueva Zelanda también se encuentran entre los 10 primeros.
Estados Unidos ocupó el puesto 20, Rusia el 77, China el 85 e India el 140.
España ha cayó en 2021 al puesto 36 de la clasificación
A la cola de la lista de 149 países se encuentran Ruanda, Zimbabue y Afganistán.
El informe, encargado por la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, se publicó en 2021 con motivo del Día Mundial de la Felicidad.